jueves, 17 de junio de 2010

sin excusas

Quería encontrar a esa persona
A esa fiel pareja
Que se quedara con ella
El resto de sus días.

Miró en todos los rincones
Se sumergió en todos los mares
Buscó debajo de toda piedra
Y no lo encontraba.

Así los milenios seguían transcurriendo
Ella lloraba sentada en su trono
Hablaba con sus hermanos
Ellos querían lo mejor para ella.

Trajeron miles de pretendientes,
Cíclopes, semidioses, dioses, humanos
Ángeles caídos, ángeles de luz
Demonios, fantasmas, animales con inteligencia superior
Todo lo que podían pensar que le gustase a ella.

Nada parecía resultar,
La doncella decía que cuando sienta esa llama,
Su corazón palpitará y le mostrará
Al elegido, al único.

Sus hermanos se entristecieron,
Porque su hermana ya no buscaba
El entusiasmo desapareció de sus ojos.
Sólo quedo la muerte
esa palidez en su rostro….

Sentada en su balcón,
Viendo las formas de las nubes
Sintió que debía olvidar
Ese anhelo de querer compartir con alguien su vida.

Simultáneamente
Un tren llegó a la estación,
Una joven mujer dejó sus maletas en el suelo
Y revisando las indicaciones del lugar al que tenía que dirigirse
Encontró que la montaña más alta
Era el sitio donde vivían los Dioses
Su destino.

Su nombre era Isabel,
Había sido escogida por los dioses
Para vivir junto a ellos
Ya que en su vida mortal
Salvó a muchas personas,
Al final murió sacrificando su vida por una pequeña
Que moría de frío en medio de la lluvia.
Zeus siempre la estuvo vigilando
Preguntándose como una mortal se comportaba de esa forma.

Le otorgó la vida eterna,
Una nueva oportunidad
Y la convirtió en Diosa de las almas caritativas y de los desconsolados.
Isabel al llegar al palacio de Zeus
Se encontró con todos sus hijos, pero faltaba alguien
Según lo que le enseñaron en la escuela
Zeus tenía una hija llamada Artemisa,
Y ella estaba ausente.

Isabel preguntó sobre ella,
Hércules le contestó que estaba en su habitación
Llorando porque no ha podido continuar su vida
Sin su alma gemela.
Zeus la llevó hasta su recámara,
Siempre le tuvo mucho afecto a la muchacha.

Al entrar encontró a Artemisa,
Que al verla sintió en su pecho como se encendía una fogata,
Calor intenso llegó a su corazón
Y supo que la recién llegada
Era a quien había estado esperando tanto tiempo.

La hija de Zeus, salió corriendo y se fue a los campos elíseos
Ya que no podía creer que su amor fuera una mujer,
Se quedó dormida en poco tiempo y soñó con Isabel
Que dormía junto a ella,
Que su abrazó llenaba su vacío
Y al fin era feliz.

Artemisa sintió que alguien se acercaba,
Que alguien la miraba
Abrió los ojos,
Y ahí estaba Isabel.

Isabel no quería despertarla y por eso no dijo nada
Pero cuando quiso decirle que sentía tantas cosas por ella
Sin siquiera conocerla, una flor blanca creció junto a Artemisa
E Isabel no se pudo contener
Y la besó.

Artemisa e Isabel se fundieron en un beso eterno,
Y su amor se escuchó dentro de todos los cielos
Y vivieron felices eternamente.

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